QUE SON NOCIONES ESPACIALES
La noción espacial está
básicamente unida al interés de la noción de los cosas, y es a través
del desplazamiento de éstos que el niño de meses empieza a
desarrollarlo. El objeto está aquí y luego ahí, se mueve y cambia, se
aleja al igual que la mano que lo sostiene y ambos le muestran
distancias, acomodos, desplazamientos y rotaciones, mientras desarrolla
sus actividades de juego. El espacio es, pues, el producto de una
interacción entre el organismo y el medio, en la que no se podría
disociar la organización del universo percibido y la de la actividad
propia
Este inicio epistemológico se enriquece satisfactoriamente, porque
el niño crece y aprende acerca del espacio; lo hace a través de su
cuerpo y de los desplazamientos que realiza, por ejemplo: gateando
comienza a reconocer las distancias y al sentarse y ponerse de pie, es
más capaz de captar las dimensiones, la perspectiva, la ubicación y el
acomodo de los objetos y muebles. Asimismo, ayudan al desarrollo de la
noción espacial los cambios de habitación, las salidas al jardín,
visitas al parque y a todos los lugares a donde es llevado como casas de
abuelos y amigos. Estos espacios dejan en su memoria la percepción de
ser sitios de dimensiones y a distancias diferentes, aunque a los dos y
tres años aún no tiene idea de lo que significa “muy lejos”.
Las nociones espaciales reflejan
sensaciones corporales y estados emocionales. Las elecciones al
representar responden a una forma de sentir y de vincularse con los
elementos, las personas y con el propio cuerpo. En sus primeras
manifestaciones gráficas, la expresión del niño está centrada en el "yo"
y los vínculos que va desarrollando con el medio. No le interesa
establecer un orden en la representación de los elementos. La hoja es un
soporte que le permite volcar ideas como un recipiente a ir llenando.
Cada espacio es una posibilidad de incorporar elementos valiosos para
él, aunque los dispongan en forma inconexa. A medida que el niño crece,
surge la necesidad de establecer un orden y vínculos espaciales.
El papel de los adultos para facilitar el aprendizaje de las
nociones espaciales, es proporcionar experiencias significativas y
variadas dónde se empleen las mismas durante su ejecución para que el
niño se vaya apropiando de ellas con su significación total
incorporándolas de manera efectiva en su vocabulario habitual es por
ello que si incluimos en nuestro vocabulario las palabras propias de
nociones espaciales (arriba, abajo adelante, atrás, izquierda, derecha ,
al lado de , entre, afuera, dentro) remplazando los tradicionales aquí y
allí estaremos siendo generadores de aprendizajes en los niños.
ALGUNOS AUTORES
La adquisición de la noción de espacio
Las primeras clasificaciones complejas acerca de las nociones espaciales aparecen en
Piaget (1948), el cual fundamenta y expone que la adquisición del espacio se da en tres etapas:
Espacio Topológico
Transcurre desde el nacimiento hasta los tres años y en
principio se limita al campo visual y las posibilidades motrices del
niño. Al conquistar la habilidad motriz básica de la marcha el espacio
se amplía, se desenvuelve en él y capta distancias y direcciones en
relación con su propio cuerpo, a partir de sensaciones cinéticas,
visuales y táctiles, distinguiéndose las siguientes posibilidades para
el espacio topológico:
• Vecindad: Relación de cercanía entre los objetos.
• Separación: Relación entre un grupo de objetos que se hallan dispersos.
• Orden: Relación que guardan un grupo de objetos respecto a un sistema de referencia.
• Envolvimiento: Relación en que un sujeto u objeto rodea a otro.
• Continuidad:Relación en la que aparecen una sucesión constante de elementos.
2.- Espacio Euclidiano
Entre los tres y siete años se va consolidando el esquema
corporal favoreciendo las relaciones espaciales y adquiriendo las
nociones de:
• Tamaño: grande, pequeño, mediano.
• Dirección: a, hasta, desde, aquí.
• Situación: dentro, fuera, encima, debajo.
• Orientación: derecha, izquierda, arriba, abajo, delante, detrás.
Espacio Proyectivo o Racional
Según Bara (1975), el niño entiende el
espacio en
referencia a su propio cuerpo, de tal forma que cuando ubica su cuerpo
en una superficie donde hay más personas u objetos, el niño desde su
perspectiva de punto central, va organizando el espacio personal y el
social y lo va haciendo en la medida que va conociendo sus posibilidades
corporales.
Sánchez (1986) sostiene que si no mostrase su lateralidad en la
fase inicial del desarrollo, es posible que se acarreen serios problemas
y dificultades en lo que se refiere al aprendizaje en el transcurso de
su vida tanto académica como social. La problemática de las preferencias
laterales en la fase inicial del niño puede dar lugar al desarrollo de
una serie de dificultades de rendimiento académico.
Alomar (1994), para reforzar los parámetros de espacialidad, el
niño debe reconocer su propio espacio, que es el que envuelve su cuerpo
en cualquier acción que realice, el espacio próximo, propio del área o
zona por la que el niño se mueve y el espacio lejano que es el entorno o
paisaje en que se encuentra y alcanza su vista.
Grace J. Craig, El conocimiento de las relaciones espaciales se
logra durante el período preescolar. Lo anterior es lógico porque es la
edad en la que aprende conceptos como: dentro, fuera, cerca, lejos,
arriba, abajo, encima y debajo. Lo hace directamente de experiencias con
el propio cuerpo, al oírlo de sus padres y hermanos, y en gran medida
porque son conceptos que se enseñan propositivamente en la escuela.
Que importante es tener en cuenta el término de las nociones espaciales, ya que es de suma importancia en los primero meses del niño, donde es importante que exista una interración entre el organismo y el medio , lo tendremos a la hora de la estimulación de los párvulos.
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